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miércoles, 12 de enero de 2011

Las palabras y la ficción...

Según datos que este miércoles finalmente decidió hacer públicos el gobierno federal, en cuatro años de guerra declarada contra la delincuencia organizada han muerto en el país 34,612 personas (es decir, uno cada hora, aunque las ONGs tienen números mucho mayores), incluyendo civiles, policías, militares y sicarios.

Sólo en 2010, 15,273 oficialmente murieron asesinados, constatando que ese fue el año más violento en la historia reciente de México, de acuerdo a las sumas del grupo responsable de generar la base de datos, integrado por las secretarías de la Defensa Nacional, Marina, Seguridad Pública Federal y Gobernación.

Hace menos de un mes, la cifra oficial de sicarios muertos proporcionada por la Procuraduría General era de 12,456, aunque este balance sólo reflejaba el número de presuntos delincuentes "ejecutados", y no incluía a los civiles o miembros de las fuerzas de seguridad fallecidos, informó el gobierno mexicano.

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"Disputa feroz" entre carteles

La base de datos sobre homicidios publicada esta semana refleja cuántos sicarios fueron "ejecutados", cuántas personas murieron en los enfrentamientos (contra la autoridad y entre delincuentes) y cuántas en los ataques a las fuerzas de seguridad.

El propio Felipe Calderón reconoció que 2010 fue "un año de extrema violencia".

En su declaración durante el llamado Diálogo por la Seguridad, celebrado este miércoles en la Ciudad de México, Calderón atribuyó a los enfrentamientos entre diferentes grupos rivales el ascenso de la violencia.

"2010 es el que marca el inicio de una conflictividad y una disputa brutal, feroz, violenta, precisamente, entre el Cártel del Golfo y Los Zetas, que habían sido sus aliados durante casi una década", explicó.

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¿"Guerra" o "lucha"?

En su alocución, Calderón también discutió sobre la denominación que funcionarios, medios de comunicación y él mismo han dado en los últimos años a su ofensiva gubernamental.

"Yo no he usado (…) el concepto de 'guerra'. Le puedo invitar a que, incluso, revise todas mis expresiones públicas y privadas. (...) No. Yo no lo elegí", dijo Calderón.

"He usado permanentemente el término lucha contra el crimen organizado y lucha por la seguridad pública", aseguró.

Como se ha podido comprobar, en realidad Calderón sí se ha referido a su lucha en varios de sus discursos —incluido su primer mensaje a la nación, en 2007— utilizando expresiones como "guerra frontal", "guerra a la delincuencia" o "guerra contra la inseguridad".

(Rindo también honores a la memoria de los policías federales, estatales y municipales que han ofrendado sus vidas en la guerra contra la delincuencia y en defensa de la seguridad de los mexicanos.

http://www.presidencia.gob.mx/index.php?DNA=85&Contenido=31600.

La sociedad reconoce de manera especial el importante papel de nuestros marinos en la guerra que mi Gobierno encabeza contra la inseguridad, que es una de las mayores amenazas para el presente y el futuro de México.

http://www.presidencia.gob.mx/index.php?DNA=85&Contenido=33095.)

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Concentrada en tres estados

En mitad de esta marea de cifras y el debate sobre cómo calificar los últimos cuatro años frente al narco, tanto el presidente como el vocero de seguridad nacional del ejecutivo mexicano, Alejandro Poiré, insistieron en que las zonas más golpeadas por la violencia siguen siendo aquellas en disputa por varios carteles del narcotráfico.

Poiré explicó que a pesar de este aumento de la violencia en 2010 a nivel federal, la mitad de las muertes del pasado año se concentraron en tres estados: Chihuahua, Sinaloa y Tamaulipas.

De hecho, en estados como Yucatán o Tlaxcala se registraron menos de 10 homicidios relacionados con el crimen organizado en todo ese periodo.

Y en los últimos tres meses se produjo un descenso del 10% en el número de asesinatos en todo el país.

Sin embargo, el gobierno advierte que aún es pronto para interpretar esta bajada como una tendencia consolidada en un país que no había visto tales niveles de violencia desde los años de su Revolución, hace ya un siglo.

Con todo, al concluir el foro “Diálogos por la seguridad”, Calderón dijo tener prisa en el tema del combate a la criminalidad y aseguró que no quiere dejar las cosas a medias.

Recordó que está en el último tercio de su gobierno y por ello el apuro.

Y, como siempre, el Calderón pidió la cooperación de la sociedad en el combate al crimen, mediante la creación de programas mixtos de autoridades y ONG.

Apeló a la sociedad civil para delinear la lucha contra el crimen organizado y ofreció financiar proyectos vigilados por consejos mixtos de autoridades y organizaciones no gubernamentales para acciones de prevención social de la violencia.

Se trata de que sea la misma gente la que señale en el gobierno federal o de los estados quién no está comprometido en esta tarea.

No sabe en el berenjenal que el Calderón de marras se está metiendo, pues de ponerse en marcha ese programa, él será el primer señalado.

Pero no le importó (o tal vez, que es lo más probable, no se dio cuenta de lo que dijo), y siguió con su perorata: "Fomentaremos la cooperación de la sociedad en dos ámbitos: por una parte vamos a ofrecer financiamiento que pueda apoyar a los proyectos de la sociedad civil en materia de prevención social de la violencia y de la delincuencia", dijo.

"Estos recursos serán administrados por miembros de las organizaciones de la sociedad civil y del gobierno federal", aclaró.

Pero, como siempre sucede en los discursos del tal Calderón: todo queda en el limbo, aunque el Benedicto haya dicho que el limbo es una ficción… y tal vez por ello se quedan las palabras del michoacano en el limbo, porque sucede a menudo que son pura ficción…

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