Desde la semana pasada, en un medio local se ha estado anunciando que la megamanta del candidato del PRI a la alcaldía de Hermosillo, Epifanio Salido, será retirada de la Torre de Hermosillo “por haber sufrido deterioros y daños causados por el viento y del sol”.
Quien mencionó lo anterior fue la ex candidata a la rectoría de la Universidad de Sonora y compañera de fórmula del candidato priísta, Alba Celina Soto Soto, quien agregó que ya trabajan en la impresión (mejor dicho, megaimpresión) de una nueva lona para colocarla en lugar de la deteriorada imagen del Epifanio.
Voces de la crítica (¡uy!) han detallado que lo que en realidad sucedió fue que el sol, el viento y el polvo le causaron algunas arrugas a la imagen del candidato, mismas que no pudieron eliminar con la crema Ángel Face, por lo que los mercadólogos del aspirante a alcalde tomaron la decisión de imprimir una nueva, en la que no se noten esas pequeñas imperfecciones que pueden dar al traste con todo el trabajo de campaña, basado precisamente en la imagen del Epifanio: “Total, dinero hay… y mucho…”, dicen que dijeron.
Veamos si no: la manta, que mide 40 metros de alto por más de 11 de ancho, tiene un costo de varios cientos de miles de pesos, y sería el sueño de cualquier impresor local, tanto por el reto mismo que representa fabricarla como por el costo del trabajo, que significaría una generosa factura: quizá hasta los ingresos de muchos meses de trabajo.
Y sí, a los hermosillenses (a los sonorenses, a los mexicanos, en general) nos queda claro que en estos tiempos de recesión oficial, de crisis eterna y de pobreza nacional y en permanente crecimiento, dinero para el derroche obsceno, sin sentido, es lo que sobra no sólo en la cuenta del Epifanio (de quien mandaron a hacer no una, no dos, sino ¡tres! megalonas, como si fueran las cobijas de los vendedores que se ponen fuera del panteón cada dos de noviembre), también en la del candidato a la alcaldía por el PAN, Javier Gándara Magaña, a quienes, a diferencia de la célebre sentencia bíblica, por sus cartelones, espectaculares, spots y megalonas los conoceréis…
Servicio social: Se comunica a todas las niñas helloooo! seguidoras del Epifanio, que sienten un como hueco en alguna región corporal que aún no saben exactamente donde ubicar porque miran hacia la Torre de Hermosillo y no ven la megafigura de su candidato, que esta columna, en pleno ejercicio de sus derechos constitucionales, pero también de sus izquierdos, se solidariza con sus oquedades, y para atenuar su angustia y esa sensación de orificios electorales presenta aquí, a manera de transitorio placebo, el monumento al ego... ¡perdón!: la megalona del Epifanio colocada en la esquina de Colosio y Solidaridad, a la que ya se le ven los estragos que provoca el sol y el polvo en una piel acostumbrada a los tratamientos faciales, la refrigeración y la sombra generosa de una enorme oficina… como mi piel, se entiende… ¿no?