No nos desgarremos las vestiduras: el simple silencio, la absurda inmovilización, el religioso acto de invocar a Dios, el obsceno intento de lavarse las manos, el criminal deseo de esquivar la responsabilidad, el mexicano echarse la bolita entre las instancias de gobierno, el simulacro espantoso de enfrentar a la sociedad en ruedas de prensa con guión ensayado, el recibir una pequeña fortuna por el recuerdo de los fallecidos, el sólo hecho de pedir que no se politice la tragedia... eso es precisamente politizar la tragedia, ofender la inteligencia de los vivos y pisotear el recuerdo de los muertos...