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domingo, 28 de junio de 2009

Esta vez NO

Ayer, sábado 27 de junio, fue uno de los días más emotivos de mi vida: sentimientos encontrados me hicieron derramar lágrimas más de una vez, durante la cuarta marcha por la justicia para nuestros niños, los niños de Sonora, los niños de México, los niños de la tragedia del 5 de junio.
La cantidad de personas era imponente, sin acarreo, el sólo llamado de la solidaridad, de la unión de la familia, el pretender dar consuelo y hacerles sentir a los padres que dentro de todo su sufrimiento no están solos.
Que nuestra sociedad ha despertado y no la volverán a engañar, nunca más.
Escuchar el sonido de los tambores era impresionante, retumbaban en el corazón y en la conciencia, gracias a esos jóvenes artistas, ellos siempre han estado con las causas sociales, no me extrañó verlos en sus grandes zancos, escuchar sus tambores escuchar su música, solidarios fraternos, incondicionales, y entonces el arte se convierte en lucha, en palabras que exigen justicia, un alto a la impunidad cruel que nos arropa.
Gracias, jóvenes, por recordarnos que tenemos que seguir todos juntos.
Vi a muchas madres llorar, vi a muchos hombres acallar sus sentimientos pero que seguramente quisieran haber soltado el llanto, escuché y vi muchos niños gritar ¡JUSTICIA!, los bebés en sus carreolas, los más viejos arrastrando el paso o deteniéndonos de nuestros hijos, pero firmes, orgullosos de estar a un lado hombro con hombro con nuestros hermanas y hermanos.
Esto ya no puede morir, tenemos que hacerlo extensivo a todo el país, a todo el mundo, me enteré en la marcha que a algunos empleados de oficinas federales les prohibieron ir, como si tuvieran derecho: a ellos les digo que no tengan miedo, nunca más debemos tener miedo, sólo a no ser libres, a no poder defendernos, a seguir sin voz y sin acción, no los pueden correr a todos.
Vi también infiltrados del gobierno que seguramente muchos de ellos compartían nuestros sentimientos, ellos más que nadie saben la clase de patrones que tienen, los déspotas, los barbajanes, los que no los consideran personas.
Miles de hermosillenses, y cada sábado debemos ser más, no podemos cansarnos, esta vez NO.
Vi a los periodistas, los reporteros, las cámaras: también ellos como siempre, solidarios, aunque también tengan miedo.
Pero ya no, esta vez No, por nuestros niños se acabaron las cobardías, se acabaron los temores, se acabaron las mentiras, se acabaron los pretextos: ha nacido después del 5 de junio una nueva sociedad.
No la podemos dejar morir.
Con amor, Rosa María O´Leary
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(Foto: Araceli Ruiz)