Hoy comienzan las vacaciones de Semana Santa para muchos acá en México (católicos, apostólicos, romanos, agnósticos, cristianos de clóset, simples observadores de la vida y acróbatas de los puestos públicos, subespecie animal que incluye a los diputados y senadores, que estrenaron su edificiote para después comportarse como los salmones que son: irse muy lejos a tirar la hueva) y ¡aleluya, aleluya, cada quien que agarre la suya! y a tirarse a perder por los diferentes ríos de la milonga.
Pero hay algunos ciudadanos con contratos de esclavo posmoderno que, aun siendo días santos, tienen que quedarse a ganar el sustento diario para enfrentar la existencia con cierta honra, y para decirlo de un jalón y sin anestesia, son ellos quienes le darán un cierto aire de dinámica a un país que va para la inmovilización total, fuera de las marchas de protesta y de las consignas contra el gobierno y los partidos políticos, que se las han ganado a pulso, ciertamente.
Yo, debo aclarar, no soy de ésos, pues más bien tengo alma de legislador, y como buen representante popular, me comporto ajeno a los deseos del pueblo, menos en periodos electorales, que son cuando se requiere la existencia de los anónimos a los que hay que cautivar con promesas absurdas, campañas estúpidas y despensas insuficientes empaquetadas en bolsas con la foto del aspirante, y eso es lo más cercano a la realidad que pueden estar los encampañados, aunque no vaya con la ética, la moral y la dignidad de la población en edad de votar… que los candidatos son candidatos precisamente porque carecen de esos valores, ya sabemos…
El caso es que millones de mexicanos (y yo, que soy de Marte, según el libro de John Gray) nos tiraremos a perder por los caminos de este ex territorio Telcel y más allá de sus fronteras… y quien nos encuentre, que nos compre… o que nos agarre como si fuéramos rateros, jeje…
Por lo pronto, a los que ya se fueron les deseo que vayan con cuidado, a los que se quedaron trabajando les deseo que se la pasen tranquila, que Cristo está en agonía y hay que respetar eso, y a los que no se fueron no les deseo nada, ni para bien ni para mal: ya vendrán los candidatos de todos los partidos (incluyendo a los del PUS) a pedirles el voto a cambio de flautas, pitos y pendejadas propias de épocas electorales…
Bueno… desde donde ande (si ando) me reportaré, que esta semana es para la reflexión y para tomársela sin tanta seriedad académica ni tanta liviandad feisbuquera, que tampoco se vale, ni siquiera en Semana Santa…
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