Trova y algo más...

jueves, 14 de abril de 2011

Ocurrencias seniles…

La feliz y radiante pareja que quiere jugar a ser padres primerizos...

La actriz Zsa Zsa Gabor, de 94 años, y su octavo marido, Frederic von Anhalt, de 67, iniciaron el proceso para ser padres con el objetivo de tener un descendiente que lleve el apellido de la estrella de Hollywood, informó Cecilia Encinas, la Patty Chapoy de la Unizoon.

La noticia fue confirmada por Von Anhalt, quien acudió a una clínica de fertilidad de Beverly Hills, en Los Ángeles, Califronia, para realizarse las pruebas médicas previas necesarias, y de donde le dieron reversa porque ya sus espermatozooides tienen mucho de tozooides y muy poquito de esperma, así que necesitará un refuerzo como los que utiliza Niurka.

El embarazo, dice la Chapoy universitaria, requerirá de la donación de esperma, un óvulo y de un vientre de alquiler para la gestación y el alumbramiento, un embarazo que Von Anhalt estima que podría ascender hasta los 100,000 dólares, "pero descendencia es descendencia" —dijo el príncipe de pacotilla, aunque con tanto pueblo interviniendo en la gestación y alumbramiento, quién sabe qué pedacito le tocará a cada quien...

O sea, el tal Frederic, con casi 70 años encima, necesitará la ayuda de un donante de esperma; la Gabor, con casi 100 y una pierna menos, necesitará una donante de óvulo, y ya que tengan esperma y óvulo disponible, necesitarán un vientre rentado… es decir, si al final hubiera o hubiese un producto, va a tener cinco "padres", más una nana que le dé pecho a la criatura, una más que le cambie los pañales, otra más que empuje la carreola, una más que la lleve con el médico… mtá… me parece que ahí habrá un conflicto existencial bastante grueso…

Mientras esperan que les nazcan a su hijo —que a estas alturas bien puede ser su bisnieto—, la Gabor y el Von Anhalt podrán irse a Suiza a ver esquiar, o al Caribe a ver que los muchachos hacen surf, o a Egipto a buscar una pirámide para quedarse ahí…

Para mí que estos asuntos son más ocurrencias seniles que otra cosa… y si lo que quiere la Gabor es un descendiente, pues yo me ofrezco como voluntario, me cambio el nombre —bien podría ser Zsa Zso Gabor von Anhalt Zamora— y a partir de cuando quiera soy su hijo… siempre y cuando me herede no sólo el apellido, sino todos sus bienes, no sus males, que de esos ya tengo bastantes…

Conmigo tendrán la ventaja de que no perderán el tiempo en cuidarme mucho, nomás cuando me da por beber juiski —como le dicen al whiski en "Bonanza"— y en las noches de luna llena, cuando me convierto en hombre lobo poeta y me pongo a escribir versos bucólicos y uno que otro de amor en recuerdo de la Natalia...

Por lo demás, soy materia dispuesta a lo que quieran, menos a hacer "aquellito" porque sabe qué me da... y es que después de tantos años de manejar autos con el volante a la izquierda, pues como que ver el mundo al revés me trastornaría... aunque ya con el apellido Gabor von Anhalt —y con todo el dinero del mundo, por supuesto— esas cosas serían pequeñeces de nada... o sea, como decía Joaquín Pardavé: "¡Pelillos a la mar...!"

En fin... después de escuchar a la mitotera de la Ceci, uno nomás se queda pensando: lo que es tener dinero de sobra y neuronas de menos...

Y sí: a veces la vida es inversamente proporcional…

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