Acompañado de distinguidos científicos de la Unizoon, el doctor Óscar Polacas© Holguín, ofreció una rueda de prensa sobre las posibles soluciones que el grupo de investigadores hermosillenses ofrece al gobierno de Japón para eliminar el riesgo radioactivo de la planta nuclear de Fukushima.
“Aunque no nos encanta la idea de exponer la cannabis a la radiación nuclear, pues preferimos consumirla como debe ser (la marihuana, no la radiación, subrayó… o sea, en que Martín…), lo cierto es que esta espirituosa matita podría ayudar significativamente a reducir los altos niveles de radiación que se mantienen en la zona de Fukushima”, indicó el científico zoonorense, miembro del Koolegio Nacional.
Agregó que hasta ahora se ha establecido en torno a esa área nuclear una zona de exclusión, pues el índice de radioactividad presente en el aire y en la tierra podría resultar mortal para cualquier persona, “incluyendo a la subespecie de poetas y bailarines”, dijo.
Señaló que algo similar ocurrió en Chernobyl, Ukrania, donde para limpiar el suelo se utilizaron diversas especies vegetales que pudiesen absorber la radiación de la tierra. En 1998, doce años después de la fatídica explosión en esa planta—ahondó—,se unieron Consolidated Growers and Processors (CGP), la empresa Phytotech y el Institute of Bast Crop para experimentar con el uso de plantas que pudiesen limpiar la tierra de esa zona de la enorme cantidad de metales tóxicos que seguían presentes.
“El objetivo era probar si las plantas, al alimentarse de los nutrientes del subsuelo también podían absorber metales radioactivos, en un proceso que se conoce como fitorremediación —manifestó mientras sorbía de una como botella de cerveza y después se limpió los labios con el dorso de la mano derecha, y continuó—: Algunas plantas tienen la propiedad de absorber metales a través de sus raíces y atrapar así algunos que son especialmente dañinos para el ser humano, como el uranio o el estroncio 90. Una vez absorbidos, dichos elementos se acumulan en las hojas”, clarificó.
Abundó que entre las pruebas realizadas en aquella ocasión, las plantas que realizaron la labor más eficiente fueron el girasol y la marihuana, pues limpiaron hasta un 80% de los metales nocivos en la zona afectada.
“Una vez completado el proceso de absorción, las plantas deben incinerarse —para lo cual se organiza un festival musical con su respectiva zona de queme y requeme— y posteriormente sus cenizas son tratadas como residuos radioactivos.
“Con esto —señaló firmemente el Dr. Polacas© con los ojos rojos y la boca reseca reseca, como la cucaracha del corrido revolucionario—se confirma uno más de los múltiples beneficios que la cannabis puede aportar a la humanidad. O sea, móchense, ¿no?”
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