Según los voceros de la Unidad Estatal de Protección Civil, hoy (¡hoy, hoy!) tembló cuatro veces cuatro en Hermosillo y sus alrededores.
Debo confesar que yo no sentí ninguno de ellos, y todo a causa de la temblorina que traigo, producto del consumo inmoderado de unas Pacíficos en la fiesta de cumpleaños de la Mimí ayer, domingo.
Eny, wey, según Protección Civil, el primer temblor se presentó a las 10:55 horas, con una magnitud de 5.8 grados en la escala de Ritcher y su epicentro se localizó bajo el suelo marino a 104 kilómetros al oeste noroeste de Bahía de Kino.
El segundo se registró a las 10:59, mismo que fue el más fuerte con 6.9 grados, y se sintió en Puerto Libertad, poblado de la tribu seri en El Desemboque, Bahía de Kino, Puerto Peñasco, Costa y Hermosillo.
Unos minutos más tarde, a las 11:33 horas, ocurrió el tercer movimiento, de 5.0 grados Ritcher, cuyo epicentro se detecto a 106 kilómetros oeste noroeste de Bahía de Kino.
Finalmente, el cuarto balanceo fue a las 11:40, con 5.9 grados y ubicación a 178 kilómetros al oeste noroeste de Bahía de Kino.
Yo no sé si ya se va a acabar el mundo. Me da la impresión de que todavía no.
Pero eso de que ocurran cuatro temblores en el término de 45 minutos, en una región en la que no es tan frecuente que ocurran seísmos de tal magnitud, como que no tiene lógica.
Pero, bueno, parecería que muchas cosas que han sucedido las últimas semanas no tienen lógica.
Incluso, uno pensaría que en realidad los temblores de hoy no se comparan en nada a los sismos ocurridos el 5 de junio y el 5 de julio en Sonora, y en particular, en Hermosillo.
De hecho, los temblores de hoy provocaron un gran milagro: que al menos uno de los muchos personajes de los que hace dos meses enterraron la cabeza en la tierra, como las avestruces, y saliera a leer un boletín de prensa para hacer la relatoría de lo que pasó, no para prevenir lo que pueda pasar... en fin...