Trova y algo más...

sábado, 1 de agosto de 2009

Testamento para los hijos

1. El esfuerzo no siempre produce alegría, pero no hay felicidad sin el esfuerzo inteligente.
2. La rectitud toca las cuerdas armónicas de la felicidad.
3. La impaciencia es veneno espiritual; la ira es una piedra que ocupa el nido de un pájaro.
4. La grandeza no radica en el hecho de poseer fuerzas, sino más bien en usar sabiamente estas fuerzas.
5. El destino está determinado momento a momento, por los logros del vivir día a día. Los actos de hoy son el destino de mañana.
6. El débil es indulgente en resoluciones, pero el fuerte actúa. La vida es sólo un día de trabajo y debes hacerlo bien.
7. Una de las cualidades más bellas de la persona es la generosidad. La generosidad suprema es una vida basada en el servicio a los demás.
8. Al actuar correctamente y de forma desinteresada se empiezan a vivir espontáneamente los valores más nobles de la vida. Aunque parezca que no existe una recompensa inmediata, recuerden que las buenas obras son como las semillas: esperan las mejores condiciones para germinar.
9. Reúnan bienes pero de forma honrada y sin perjudicar a los demás. Nadie podrá discutirles el derecho de mantener y usar esos bienes de la forma que quieran, mientras que el ejercicio de ese derecho no le haga daño a sus prójimos.
10. Si quieren alegría, den alegría a los demás. Si quieren amor aprendan a dar amor. Si desean atención y valoración, aprendan a prestar atención y valorar a los demás.
11. La acción culmina en fuerza, la moderación en encanto.
12. Disfrutar los privilegios sin abusos, tener libertad sin libertinaje, poseer poder y rehusar usarlo para el autoengrandecimiento.
13. Una experiencia es buena cuando aumenta nuestra voluntad moral, cuando ensancha nuestro discernimiento y amplía nuestra capacidad de amar y servir al prójimo.
14. La educación es el negocio del vivir: ha de continuar a lo largo de toda su vida para que puedan experimentar gradualmente los niveles ascendentes en el conocimiento de las cosas, la apreciación de los valores, la nobleza del trabajo, la motivación de las metas basadas en una consciencia moral y el amor al servicio.
15. Si lo necesitas, busca a Dios, pero por sobre todo no mezcles las cosas humanas con los asuntos divinos: Dios, si es omnipotente, sabrá comprender tus errores, tus omisiones, tus faltas.
16. Encima de todo, confía en el ser humano y ten presente que los cambios que verdaderamente valen la pena son de adentro hacia fuera: de tu esencia hacia los demás.
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