Trova y algo más...

domingo, 18 de octubre de 2009

Aventuras y desventuras de la perrada ignorante...

Dicen los expertos que hay dos clases de inteligencia: la cognoscitiva y la emocional. Con la primera podemos resolver problemas complejos, y con la segunda tenemos rapidez de reacción; con la primera se puede ser un buen gerente; con la segunda, no.
En la empresa privada se requieren personas con gran inteligencia cognoscitiva demostrada en bagaje su intelectual y experiencia profesional. Se trata de pertenecer a una organización y contribuir a su productividad. Si una persona tiene sólo inteligencia emocional, fracasaría en este ámbito, porque el trabajo no se lleva a cabo simplemente diciendo frases más o menos acertadas.
En política --y ahora en la administración pública-- existe una gran mayoría de personas que carece de inteligencia cognoscitiva: no hay gran bagaje cultural y hay un escasa experiencia profesional. Estas personas no sirven para el trabajo, ni como subordinados ni como gerentes. Son expertos en el bla bla bla y en dar codazos, son meros oportunistas que ven en la política sólo un medio de vida.
Vean ahora mismo los curriculums de la mayoría de los representates de elección popular y funcionarios incrustados en la administración pública de todos lados.
El ascenso de todos estos incompetentes se debe a la carencia de democracia en sus partidos que hace que los más inescrupulosos asciendan a puñaladas traperas, mentiras y otros hechos inconfesables.
Luego un sistema electoral tremendamente injusto y poco limpio hace el resto.
Y al final, quienes sufrimos las consecuencias de esas ocurrencias en la administración pública somos la anónima perrada cognoscitiva o mentalmente ignorante, según parece...
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(Basado en un texto aparecido en http://www.sevillaopina.net/)
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