Trova y algo más...

viernes, 9 de octubre de 2009

Una historia sin rostro ni nombre...

Dicen que aquel hombre se pasaba el tiempo navegando en internet hasta que la encontró.
Se enamoró de ella. Locamente.
En las noches despertaba sofocado recordándola, aunque jamás la había visto, aunque nunca había hablado con ella, aunque ni siquiera sabía su nombre.
Recordaba un rostro que había imaginado.
¿Acaso no es eso amor?, me preguntó un día frente a una cerveza helada.
No lo sé. Lo creo muy improbable.
Y es que ella era sólo una dirección en internet y un personaje más en las salas de chateo de hace muchos años.
Acaso en tiempolibre, acaso en otras. ¿Quién lo sabe?
Solamente supe que aquel hombre se fue perdiendo en la nebulosidad de un recuerdo imaginado.
Y que inclusive le escribió un poema.
Claro, como nuna supo cómo se llamaba ella, el poema se quedó sin nombre:
-
Te recuerdo como te imagino,
te sueño como te deseo:
una voz amarilla en mi alma
dice en silencio “te quiero”.
.
Te extraño hora tras hora
(y jamás he tocado tu pelo):
¿cómo puede mi nostalgia
deshilarse en estos versos?
.
En la noche de mi almohada
se desgranan mis anhelos:
estás prendida a mis horas
como una estrella en los cielos.
.
Me sé tu nombre lejano,
me sé todos tus acentos:
en los jirones del aire
cabe tu nombre completo.
.
Si no conozco tu piel
ni rostro entre mis dedos:
¿cómo es posible entonces
quererte como te quiero?
.
Conozco tu voz exacta,
tu risa azul en el viento:
el sonido de tus pasos
se mezclan con mi silencio.
.
Te recuerdo como te imagino,
entre septiembre y febrero:
hay canciones que te nombran
muy adentro de mi pecho.
.
Sé que habitas un rincón
amarillo de mis huesos:
te llevaré en mi nostalgia
hasta el final de los tiempos...
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