Uno de mi calle me ha dicho que tiene un amigo que dice conocer a un tipo que una vez le mandó esta historia por correo electrónico, y el otro día me dijo: "Oye, tú que eres así como medio ocurrente, ¿por qué no pones esto en la mugre de blog que tienes...?" y me mandó la historia.
Yo, que soy tan buena gente que a veces me pierdo en ese halo de San Martín de Porres que me traigo todo el día, no pude evitar compartir esto con ustedes. Así que, como lo hice yo, apechuguen como los meros machos, caones:
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El caso es que va caminando un fulano por un callejón en la noche y de repente le sale un enmascarado que le dice :
- La cartera o la vida: ¡esto es un asalto...!
El pobre güey (sin agraviar) se la da, y el ratero la revisa y le dice:
- ¡Ya ni la chingas...! Un pinchi billete de 20 pesos y un vale de despensa de 25 pesos... A ver, dame el reloj, cabrón...
El pobre tipo se lo quita, se lo da al caco y éste dice :
- No la chingues, cabrón, este pinchi reloj lo has de haber comprado con los chinos a menos de un dólar...
Más encabronado todavía, el ratero le pide el celular, y el triste bato se lo da y le dice:
- Nomás que no tiene saldo...
Súper encabronado, el ladrón le grita:
- ¡Mtamadre...! ¿pues a qué chingados te dedicas, jodido...?
Y le contesta el pobre tipo, todo avergonzado y casi llorando le responde:
- Soy licenciado en Derecho con Maestría en Administración y Doctorado en Finanzas Internacionales... todo avalado por la Unison...
Entonces el ratero, todo emocionado, se quita la máscara y le dice:
- Ah, cabrón... ¿en serio...? ¿Y de qué generación eres, güey...? ¡Te me haces conocido...! Yo soy de la que salió el 2008...
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