El Gobierno mexicano decidió liquidar la compañía eléctrica estatal Luz y Fuerza del Centro, que provee de energía a la capital y otras zonas del centro del país, aunque aclaró que no planea su privatización.
La decisión se divulgó la noche del sábado, a través de un decreto firmado por Felipe Calderón, al tiempo que cientos de policías federales ocuparon las principales instalaciones de la compañía en la Ciudad de México y acordonaron los alrededores.
El Gobierno dijo que el Estado no puede seguir sosteniendo a la compañía, cuyos costos casi duplican sus ingresos por ventas, en momentos en que existe un grave deterioro en las finanzas públicas debido a la crisis global.
"Era urgente que el gobierno federal corrigiera estos problemas", dijo Calderón el domingo por la noche en un mensaje transmitido por cadena de radio y televisión.
Uno de sus fieles escuderos, el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, dijo en rueda de prensa el domingo que el Gobierno gastará unos 20,000 millones de pesos (1,500 millones de dólares) en la liquidación de la compañía, incluyendo indemnizaciones a los 47,000 trabajadores de la empresa.
Luz y Fuerza, que tenía casi 6 millones de clientes y proveía el 24 por ciento de la energía eléctrica del país, sufría pérdidas por casi la tercera parte de la electricidad que distribuía, dijo por su parte otro de sus fieles escuderos, el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, a periodistas.
Calderón apuntó que las transferencias para cubrir las pérdidas de la empresa equivalen a lo que gasta el Gobierno en el principal programa antipobreza y dos veces el presupuesto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una de las mayores de América Latina.
"Hoy tenemos que cambiar lo que no funciona en el país porque ya no quedan otras opciones, porque el tiempo y los recursos se nos agotan. Hoy cambiar a fondo no sólo es la mejor, es la única alternativa", señaló el Felipe.
Calderón manifestó que muchas empresas dejaron de instalarse en el centro del país porque Luz y Fuerza no podía darles un servicio adecuado.
Los servicios de la compañía quedarán a cargo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que provee de electricidad al resto del país.
La liquidación de la empresa ocurre mientras el Gobierno busca que el Congreso apruebe un plan fiscal que prevé fuertes recortes a estructuras del Estado, la creación de nuevos impuestos y aumentos de algunos ya existentes para mejorar las finanzas públicas, deterioradas por la severa recesión que afecta al país.
La reacción del poderoso Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), ligado a partidos de izquierda, no se hizo esperar: miles de trabajadores marcharon en la mañana del domingo en protesta por la decisión y gritando consignas contra el Gobierno, mientras que dirigentes sindicales dijeron que apelarán a todos los medios para revertir la medida.
Y hasta aquí la voz de los tres alegres compadres...
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Y por su parte, el rector de la UNAM, José Narro Robles, aseguró que la liquidación de la compañía de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) es un elemento más que se suma al complejo y "delicado" panorama de inestabilidad en el país.
Ante ello, demandó a todos los actores involucrados actuar con "enorme prudencia, madurez y un pensamiento por encima de los intereses legítimos de orden gremial, personal y particular".
Afirmó que "el interés de México y de la sociedad mexicana, la paz y la tranquilidad social tienen que estar por encima de cualquier otro asunto", ya que se trata de un caso "delicado y muy sensible en la sociedad mexicana. Se trata de un tema en el que debemos ser extraordinariamente cuidadosos".
Luego de que hace poco más de un mes José Narro advirtiera que en México se están sumando condiciones para que la inestabilidad financiera derive en un estallido social, el rector afirmó que "el momento en el que vivimos en el país es delicado".
"Eso nadie lo puede negar. No se puede negar cuando tenemos un número tan importante de millones de mexicanos que viven en condiciones inadecuadas, en pobreza o en pobreza extrema. No se puede dejar de reconocer que hay dificultades que en la economía nacional trascienden, a mi juicio, el producto de la crisis internacional", agregó.
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Y bueno, si la visión del gobierno federal es, como tendría que haber sido desde siempre, eliminar dependencias porque hay que cambiar lo que no funciona en el país pues el tiempo y los recursos se agotan, entonces lo más sano es que esa medida hay que tomarla también con dependencias, secretarías e instituciones iguales de inútiles, independientemente de las alianzas políticas y negociaciones que se hayan hecho en lo oscurito.
Quizá a eso se refiere el rector Narro, quien no habla nomás por hablar. No, señor.
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