Cultura no es igual a eventos artísticos. La cultura de una sociedad está determinada por su legado histórico, costumbres, tradiciones, sus hábitos, forma de ser, vestimenta, religión, comportamiento, expresiones, formas de producción y sistema de creencias; en pocas palabras, lo que la gente es, lo que hace, cómo y porqué lo hace. El Arte es la salida a sus expresiones reflexionadas y originadas en todo lo anteriormente dicho.
En este sentido, los gobernantes deberían estar informados en torno a que cualquier programa ejecutado, cualquier información enviada y toda acción de gobierno determinará en menor o mayor medida una modificación a la cultura de la sociedad donde tienen influencia.
Un proyecto de gobierno necesita forzosamente contemplar qué desea para sus ciudadanos, qué información debe tener en su sistema de valores y creencias para poder desenvolverse y desarrollarse a partir de elegir lo que más le conviene, qué sociedad se quiere, cuál será su desarrollo cultural.
De hecho, legalmente es obligatorio, para eso existe la Ley de Fomento a la Cultura y las Artes del Estado de Sonora (Ley 189, que data desde el año 2000), donde el Consejo de Cultura y Artes conformado por representantes de varias instituciones diseñan y los gobernantes acatan.
¿Alguna vez han escuchado que se hayan reunido para proyectar el Sonora y sus municipios que queremos? ¿Alguno de los gobernantes habrá leído la ley y se habrá reunido con este consejo? ¿Tendrán idea de que los medios de comunicación tienen una función importante en esto? ¿Lo sabrán los o las aspirantes a la Secretaría de Cultura? ¿Lo saben los rectores de las instituciones de educación superior? ¿En que medida se organizan para tender una red de acciones? ¿Se organizan...?
La verdad, no lo creo.
Pensando que se busca un beneficio colectivo, un proyecto de desarrollo cultural debe incluir las estrategias para informar a la gente cómo prevenir enfermedades, las bondades de hacer deporte, comer nutritivo, respeto vial, cuidado del medio ambiente, su historia, el beneficio de apreciar el arte, etcétera, todos aquellos datos necesarios para tomar decisiones inteligentes que lo harán un mejor ciudadano, solidario y responsable.
Se busca que la ciudadanía cuente con los espacios de recreación para su sano desarrollo físico y mental, que cuente con la libertad de debatir y expresarse, que se organice para, de manera solidaria, salga adelante como un conjunto.
Nos podríamos evitar o por lo menos disminuir algunos problemas sociales; incluso, la posibilidad de crecimiento económico, individual y colectivo.
La "tradición" nos muestra a funcionarios públicos "preocupados" por el desarrollo económico de las regiones como si este rubro fuera un ente aislado.
De la misma forma como una persona requiere un desarrollo integral a partir de todos los satisfactores anteriormente señalados, también lo solicita un proyecto de gobierno que permita a la población un crecimiento de conjunto.
Pero de nada servirá si de nuevo nos sentamos frente al teatro de las apariencias, donde un político recibe un puesto público como premio de consolación (porque fue una posición negociada con otro grupo político), o bien, recomendados sin experiencia, ni conocimiento en el área, deciden con base en "ocurrencias" algo que merece una atención prioritaria, seria y urgente; incluso, podríamos ver pronto a esos corruptos que repiten en su silla, para la tranquilidad de sus bolsillos y enfermedad para nosotros.
Olvidémonos del orgullo cervecero, de regionalismos sin sentido, del dicho arraigado "así somos aquí y me vale madre", mejor construyamos desde la sociedad civil un proyecto a futuro para todos, fomentemos la inteligencia y la razón ante la peste partidista, hagamos cumplir la ley, exijamos después de esto las acciones de gobierno, sus políticas públicas, aquellas decisiones que nos habrán de afectar en lo positivo o que nos llevarán a la selva social, esa a la que le estamos tocando la puerta.
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"¡Ay, cultura, no te rajes…!"
(Tomado de Castillo Arvayo, Ignacio: Natchío Arte del Desierto, en Facebook).
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