Lo digo ahora, antes que nadie, para cobrar mis respectivos derechos de autor (o copy right, pues):
Saquemos al Felipe Calderón de la cancha en un cambio estratégico y nombremos como presidente a Javier Aguirre Onaindía, un tipo estudioso, culto y que sabe echar madrazos a granel, como buen descendiente directo de españoles.
Además, es muy buen amigo de los dueños de las televisoras y de los comentaristas que cada día nos hacen el favor de convertirnos en seres cultos y civilizados, que no es lo mismo pero es igual: ¡Vamos, muchaches...! ¡Agárrenlo, que es ratero...! ¡Voy, que te quedó jabón...!
Y, por si fuera poco, ya tiene bien estudiada la pose de Presidente...
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